Las cordales o muelas del juicio comienzan a salir entre los 18 y 26 años. Si bien no cumplen con una función específica su erupción puede llegar a ser muy dolorosa para tus pacientes. Al ser una razón recurrente por la que ellos visitan tu consultorio, te contamos cómo se comportan, así puedes entender por qué duelen y brindar un mejor tratamiento.
El dolor es el reflejo de la inflamación
Las muelas del juicio son un vestigio que viene desde nuestros ancestros, las usaban para triturar alimentos que estaban más crudos a los que consumimos actualmente, por eso hoy en día no sirven para nada. Al no tener una función y buscar salir, producen una inflamación en el costado de la mandíbula y hacia adelante, buscando un espacio que no está listo para ellas y generando dolor.
Al ser un molar inconstante pues erupciona a veces y otras veces ni se forma, genera una sensación de presión y empuje en la zona, inflamándose en la boca de tu paciente. También puede doler porque al salir irrita el nervio dental o porque está impactando con otro diente por falta de espacio. La razón puede variar de acuerdo al diagnóstico de tu paciente.
Las cordales están rodeadas de los tejidos blandos, al intentar salir forma una bolsa que las envuelve, un bolsillo semi-cerrado en donde migran y se instalan bacterias que se proliferan rápidamente ya que están en una zona en donde hay protección, humedad, nutrientes y no hay higiene. Solo un especialista como tu puede tener acceso a dicha bolsa, pero el dolor se presenta mientras tú realizas una intervención.
Cómo tratar el dolor
- Tratar la infección:
Si tu paciente está presentando frecuentes molestias, es necesario recetarle antibióticos que puedan combatir la infección. De esta manera, puedes realizar luego la extracción del diente.
- Extracción de la muela del juicio:
Este tratamiento es una solución definitiva, sin embargo, requiere de preparación y cuidado posterior. Antes de programar una extracción, es importante que realices radiografías a tu paciente para comprender cómo están siendo impactados los dientes por la erupción de la cordal y qué tan cerca está el molar de la superficie de sus encías.
Aplicar anestésicos locales es ideal para este tipo de intervenciones, ya que te permiten realizar una intervención manejando el dolor de tu paciente. Puedes visitar nuestra página y conocer algunas opciones. Para aplicación local, puedes elegir entre lidocaína o articaína, siempre teniendo en cuenta las condiciones de salud de tu paciente. Los anestésicos te permitirán cortar la encía y luego con las herramientas adecuadas podrás sacar las muelas.
- Remedios simples:
Mientras se realiza el tratamiento que le indiques a tu paciente, puedes recomendarle realizar enjuagues de agua con sal para desinflamar la zona, o realizarse enjuagues orales que ayuden a aliviar el dolor.
Puedes también sugerirle que masajee la zona suavemente, sin embargo, recuérdale la importancia de lavarse las manos antes de hacerlo, ya que la idea es evitar traer más bacterias a la zona.
Estas soluciones que pueden ser caseras son temporales, pero pueden representar una mejor experiencia para tu paciente.
Recomienda siempre las visitas frecuentes a tu consultorio
Para evitar afecciones graves con las muelas del juicio, recomienda a tu paciente visitarte al menos una vez al año. Así podrás llevar un control del movimiento en sus dientes, realizando radiografías que te permitan ver si las cordales vienen en camino. Planear una extracción antes de que salgan también es una técnica común que incomoda menos al paciente y garantiza que sus demás dientes y su mordida no se verán afectados más adelante.
Realizar o no una extracción en determinado punto del tratamiento es una decisión que depende de ti una vez estés informado del progreso y estado de los dientes de tu paciente. En muchas ocasiones, las cordales no afectan al paciente y no es necesario retirarlas.
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