Visitar un consultorio odontológico puede no ser la mejor experiencia para todos tus pacientes. Algunos de ellos aplazan sus revisiones periódicas por este motivo e, incluso, no asisten hasta que el dolor o la sensación de malestar los presiona a hacerlo.
Hay diversas razones para que tu paciente no se sienta cómodo a la hora de visitarte. Algunas de estas pueden ser:
- La posición que adoptan al subirse al equipo dental. Debido a que esta postura da la sensación de estar completamente expuestos a las amenazas externas.
- Los procedimientos que realizamos en el sector dental suelen ser incómodos e invasivos, lo que puede generar una experiencia traumática a los pacientes.
- Existen diversos estímulos (físicos, auditivos y olfativos) presentes en las consultas, lo cual, al ser una situación fuera de lo común, genera una sensación de incomodidad.
- Episodios pasados traumáticos o malas experiencias de otras personas de las cuales se hayan enterado.
Ahora bien, esos sentimientos que salen a flote en estas situaciones son el miedo y la ansiedad. El primero hace alusión a “la percepción de una amenaza exterior, real o posible”, mientras que la segunda “consiste en una respuesta de activación del sujeto ante cualquier objeto o situación odontológica”, según dicen Magda Lima, Lesliet Guerrier y Arelis Toledo en su documento “Técnicas de relajación en pacientes con ansiedad al tratamiento estomatológico”.
Ahora bien, ¿qué deberías hacer en el caso de tener un paciente con esta respuesta ante la visita de tu consultorio? Aquí te dejamos algunos consejos:
- Identifícalo: el primer paso para definir cómo tratar a tu paciente es identificar si la cita genera en él miedo o ansiedad. Algunos de los síntomas que te ayudarán a reconocerlo son: la sudoración excesiva, la sensación de falta de aire, temblores, negatividad, pérdida de la confianza y sensación de fracaso.
- Analiza qué lo causa: después de reconocer que el paciente efectivamente sufre por la visita, debes detectar qué motiva esa respuesta. Tal vez el sonido de los instrumentos, la forma en cómo te comunicas o la iluminación durante el procedimiento.
- Comunícate con cuidado: aprende técnicas de comunicación que creen un ambiente de confianza y tranquilidad, así calmarás a tu paciente. Es necesario que converses con él constantemente sobre el procedimiento y de temas generales que lo puedan distraer de la situación.
Después de identificar y poner en práctica estos tres tips, puedes pensar en llevar a cabo diferentes técnicas de relajación que ayuden a serenar a tu paciente.
- Inhalar y exhalar: manejar la respiración siempre será una buena práctica ante situaciones de estrés, miedo o ansiedad debido a que estamos dirigiendo aire a nuestro cerebro. En el momento que veas que tu paciente está muy afectado por el procedimiento, haz una pausa e invítalo a inhalar y exhalar conscientemente.
- Practicar yoga: a través de dos o tres ejercicios sencillos que relajen a tu paciente. Es ideal que los realices con él, así crearás un ambiente de confianza entre los dos.
- Distracción: los chistes o expresiones cómicas logran que las personas se sientan más tranquilas en diferentes situaciones. Recuerda que la sonrisa tiene diferentes beneficios en nosotros que ayudan a cambiar el estado de ánimo.
Sabemos que los pacientes son lo más importante en tu consultorio, por eso darles la mejor experiencia es de vital importancia. Ten en cuentas estos estos consejos y obtendrás más sonrisas y menos preocupaciones.
Fuentes:
LIMA ALVAREZ, Magda; GUERRIER GRANELA, Lesliet y TOLEDO AMADOR, Arelis.Técnicas de relajación en pacientes con ansiedad al tratamiento estomatológico. Rev Hum Med [online]. 2008, vol.8, n.2-3 [citado 2018-09-26], pp. 0-0 . Disponible en: <http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-81202008000200004&lng=es&nrm=iso>. ISSN 1727-8120.